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Limpieza de boca

La dentadura del perro y del gato, al igual que la de las personas, también es sensible a la placa dental y al sarro. Con una correcta higiene bucal se evitará el mal aliento de la mascota y mejorará su calidad de vida. Si no nos preocupamos de la higiene bucal de las mascotas, la placa dental y las bacterias se acumulan en los dientes y muelas. Esta placa inicial se transforma en sarro, una formación calcárea mucho más dura, y el depósito constante de la placa y el sarro culmina con la aparición, inicialmente, de gingivitis y una infinidad de problemas más. 

¿Por qué mi mascota tiene sarro?
Antes de su domesticación, los antepasados caninos y felinos que vivían en la naturaleza silvestre no tenían estos problemas; al cazar a sus presas y al masticar la carne, los pelos, las plumas, los tendones… hacían las veces de cepillo de dientes natural.
Hoy en día conviven con nosotros, y para alimentarlos les damos unas dietas que, aunque mejor nutricionalmente, generalmente no les aportan la fricción suficiente a los dientes como para evitar la formación de sarro

En perros y gatos
Tanto los gatos como los perros pueden sufrir los problemas derivados del sarro.
Perros: Existen razas más predisponentes a acumular sarro, por la composición de su saliva y del esmalte de sus dientes. Hay que tener especial cuidado con las razas de pequeño tamaño.
Gatos: Los gatos también se ven afectados por estos problemas, aunque es menos frecuente que en los perros. En ocasiones, diversos virus felinos se acompañan de problemas bucales que requieren tratamientos especiales.
Con el paso de los años, el sarro se va acumulando y por eso cuanto más mayor sea la mascota se deberán tomar más precauciones.

Consecuencias
Los efectos derivados del depósito de sarro son:
-Mal aliento (halitosis).
-Molestias durante la masticación, por lo que prefieren engullir la comida.
-Saliveo abundante.
-Gingivitis (inflamación de las encías).
-Sangrado de encías.
-Pérdida de piezas dentales.
-Infecciones dentales profundas.
-Extensión de las infecciones dentales a otras partes del organismo.

Soluciones
Las posibles soluciones a estos problemas comprenden un amplio rango, desde la prevención hasta el tratamiento quirúrgico.
Prevención
-Un cambio a una alimentación específica.
-Cepillado dental.
-Uso de juguetes o alimentos que eviten el depósito de sarro.
-Aplicación de espráis, geles, etc. en la dentadura y las encías.
-Administración de productos específicos en el agua o en la comida.
Tratamientos
-Empleo de fármacos o antibióticos.
-Limpieza dental.
-Cirugía oral.

Desde pequeños
Se debe educar en la higiene bucal desde cachorros. Los más pequeños aceptan mejor los nuevos hábitos e incluso los pueden adoptar como un juego. Aunque a estas edades no suelan aparecer problemas de sarro, el objetivo es establecer una rutina de limpieza de dientes.
Cuanto mayor es una mascota más difícil es enseñarle nuevas costumbres, pero los cuidados bucales serán necesarios, sobre todo, a edades más avanzadas.
Si no se consigue acostumbrar a la mascota a unas pautas de aseo bucal, no se podrá prevenir la aparición del sarro, y las limpiezas de boca en el veterinario se deberán realizar con más frecuencia.

Sugerencias veterinarias
-Acostumbrar a la mascota desde pequeña a cepillarle los dientes.
-Utilizar un cepillo de dientes y una pasta dental específicos para animales, con un sabor especial y que pueda ser tragada sin peligro.
-Si el animal de compañía no acepta el cepillado dental, utilizar otros métodos para prevenir el sarro.
-Lo ideal sería limpiarle los dientes después de cada comida, pero como mínimo dos o tres veces a la semana.
-Comprar de vez en cuando juguetes o alimentos que le ayuden a evitar el sarro.
-Observar de forma habitual la dentadura de la mascota y solicitar revisiones veterinarias periódicas.
 

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