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El celo de la perra y la gata

Los celos de las gatas y perras constituyen una de las principales preocupaciones de los dueños, ya que implican molestias que van desde problemas higiénicos, como el sangrado en las perras, hasta otras, como los maullidos nocturnos.

El ciclo estral, conocido habitualmente como celo, hace referencia a los cambios fisiológicos y de comportamiento cíclicos que tienen lugar entre el principio de un periodo de receptividad sexual (estro) y el siguiente. Muchas veces representa un problema para los propietarios ya que implican molestias como el sangrado en las perras o los maullidos nocturnos en las gatas.

Manifestación del celo en la perra

Es habitual que el celo aparezca entre los 7 y los 10 meses de vida; dura unos 15-18 días y suele producirse generalmente cada 6 meses, independientemente de la época del año. Las condiciones ambientales influyen en la aparición del primer celo, al igual que la presencia de otras hembras o la administración de medicamentos.

Durante el ciclo las emisiones vaginales de la hembra pueden manchar la casa, además aumenta su frecuencia de micción. Del mismo modo se reduce su apetito y está más activa.

Manifestación del celo en la gata

Las gatas manifiestan por primera vez el celo entre los 6 y los 9 meses de edad y dura aproximadamente una semana. Mientras dura la estación de actividad sexual puede tener una sucesión ininterrumpida de celos que puede repetirse cada 5 a 7 días.

La gata necesita como mínimo 12 horas de luz para que aparezca el celo. Como las que habitan en casas reciben unas horas de luz artificial más o menos constantes pueden presentar celos durante todo el año.

Es fácil reconocer cuándo la gata está en celo por su comportamiento: aumenta su ritmo de actividad y en ocasiones presenta mayor apetito, a veces manifiesta marcaje territorial con orina y al principio del ciclo emite maullidos, altos y breves, llamando a los gatos. Se muestra más afectuosa con sus dueños, adopta posturas y giros característicos y se frota contra objetos y personas de su entorno; sin embargo, en ocasiones puede llegar a ser agresiva. Al pasar los días su comportamiento es todavía más exagerado: emite maullidos más fuertes, sobre todo por la noche, pega el vientre al suelo mostrando los genitales y demanda mayores muestras de afecto de sus propietarios. Puede perder el apetito y orinar con más frecuencia.

¿Cómo evitar los celos?

Para evitar los celos de las hembras y las molestias que ocasionan existen dos métodos: temporales (con fármacos) o definitivos (castración quirúrgica).

Fármacos

Como sus efectos no son permanentes, son productos prácticos para suprimir los celos durante una temporada. Sin embargo hay que estar pendiente de suministrar periódicamente el medicamento y pueden aumentar el riesgo de infecciones de útero y tumores mamarios, así como provocar cambios de comportamiento y aumento de peso.

Castración quirúrgica

Se trata de un procedimiento sencillo y con efectos permanentes, que se puede aplicar siempre que no se desee que la mascota tenga descendencia. Al extirpar ovarios y útero se evita el desarrollo de enfermedades que pudieran surgir en estos órganos. Además si se realiza cuando la hembra es joven se reducen considerablemente las posibilidades de aparición de tumores de mama. En las gatas, las ventajas son las mismas que en perras.

¿Qué sucede en los machos?

Tanto en perros como en gatos, con la esterilización se pueden evitar montas indeseadas, disminuyen los enfrentamientos con otros machos o las escapadas en busca de hembras. Igualmente se reducen las probabilidades de aparición de patologías derivadas de los andrógenos y de los testículos.

A tener en cuenta

Las perras no tienen la regla: la menstruación de la mujer ocurre al final del ciclo menstrual sólo si no hay gestación. El sangrado de la perra, al contrario, indica el comienzo del ciclo estral.

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