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¡Pobre corazón!

 Las mascotas sufren distintos tipos de problemas cardiacos que pueden tener consecuencias fatales. Es importante distinguir los síntomas de una mascota cardiópata para ponerle remedio lo antes posible. El corazón es un órgano muscular autocontrolado capaz de generar la fuerza suficiente para bombear la sangre por todo el organismo. Se divide en cuatro cavidades: aurículas derecha e izquierda y ventrículos derecho e izquierdo. Este órgano forma parte del sis¬tema cardiovascular (corazón, vasos sanguíneos y sangre) y está en relación directa con el sistema respiratorio (vías respiratorias y pulmones); por eso muchas de las patologías cardiacas llegan a afectar ambos sistemas.

Enfermedades cardiacas
Se pueden distinguir dos grandes grupos de problemas cardiacos: las patologías congénitas y las adquiridas. Las primeras son más importantes en los cachorros, ya que son patologías con las que nacen los animales, mientras que las segundas aparecen más frecuentemente en animales geriátricos. En estas dos fases de la vida es recomendable realizar revisiones específicas para evaluar el corazón.

Revisar el corazón
Toda revisión veterinaria comienza con una serie de preguntas al propietario para conocer si el animal ha manifestado algún síntoma o signo extraño desde la última visita. Esta información es de gran importancia y aporta las “pistas” iniciales al veterinario para orientar la exploración de la mascota.


Inspección del paciente: se examinan una serie de signos para valorar el estado de salud general y más concretamente la salud del corazón. Se puede destacar el estado de hidratación, color de las mucosas, tipo de respiración, tiempo de relleno capilar, etc.

Auscultación: gracias al fonendoscopio el veterinario puede oír los “ruidos” que se generan en el interior del tórax (pulmones y corazón, entre otros). Así se distinguen los sonidos fisiológicos (ruidos normales) de los sonidos patológicos (soplos), se puede determinar la frecuencia cardiaca e incluso se diagnostican ciertas arritmias.


Electrocardiograma: una máquina recoge en forma de gráfica la actividad eléctrica del corazón encargada de “activar” este órgano para ponerlo en funcionamiento en cada latido. Cuando existe un problema cardiaco, en muchas ocasiones se podrá observar una alteración de la gráfica resultante.


Radiografía: con las radiografías de tórax se pueden valorar las dimensiones del corazón (cuando existe algún tipo de dilatación o atrofia) y a su vez la integridad de los pulmones.


Ecocardiografía: con este método diagnóstico se pueden valorar el movimiento del corazón y la velocidad del flujo de la sangre a su paso por las cámaras cardiacas o los grandes vasos sanguíneos.
Otros métodos: existen otros sistemas más específicos capaces de evaluar detalles estructurales del corazón.

Síntomas de enfermedad
Aunque existe un amplio abanico de signos clínicos en los pacientes cardiópatas, los más destacables son:
• Inactividad.
• Cansancio excesivo.
• Intolerancia al ejercicio.
• Color azulado de las mucosas.
• Toses, que se incrementan por la noche.
• Desmayos repentinos.

En un principio, estos síntomas pueden pasar desapercibidos para el propietario. Conviene realizar revisiones periódicas para detectar cualquier problema cardiaco en una fase temprana, lo que mejora el pronóstico de este tipo de enfermedades.

No apto para cardiacos
• Calor: las temperaturas extremas y un ambiente seco son dos factores que resultan muy perjudiciales para estos pacientes.
• Actividad física: los animales enfermos del corazón deben llevar una vida más relajada y adecuar los ejercicios a sus propias posibilidades.
• Medicamentos prohibidos: existen muchos fármacos que son perjudiciales para determinadas patologías cardiacas. Además, cuando el paciente ya está siendo medicado, el veterinario tiene que vigilar qué tipo de medicamento se puede mezclar o no con cada fármaco.
• Alimentación: los animales enfermos deben seguir una dieta estricta. Existen formulaciones de piensos específicas para este tipo de pacientes.

Tratamientos médicos
Una vez que el veterinario alcanza el diagnóstico definitivo y concreta la enfermedad cardiaca, valorará el tipo de tratamiento que más se adecúa a cada caso. Entre los fármacos que más se suelen utilizar en este tipo de pacientes podemos mencionar:
• Vasodilatadores centrales o periféricos.
• Inodilatadores.
• Diuréticos.
• Digitálicos.
• Antiarrítmicos.

En este tipo de pacientes es imprescindible seguir unas revisiones periódicas para valorar la evolución de la patología y ajustar las medicaciones, si procede. Por norma general, las enfermedades cardiacas son crónicas, sin curación definitiva, y por eso el control continuado de estos animales es de suma importancia para que todo progrese adecuadamente y sin complicaciones.
 

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