Gestación en la perra y en la gata

Nunca se debe tomar a la ligera o de forma precipitada la decisión de que tu perra o gata se quede gestante de forma voluntaria. En muchos casos, se elige esta opción debido al mito infundado de que “es necesario hacer criar a las hembras al menos una vez en la vida”, pero este hecho entraña un alto grado de responsabilidad por parte del propietario. Aparte de, claro está, el cariño que se presupone hacia las futuras mamás y su descendencia. 

Antes de la gestación
Antes de que la hembra se quede gestante tienes que tener en cuenta los siguientes detalles:
• La raza y el tamaño del “papá” elegido. Conviene realizar una exploración veterinaria previa de la hembra (condiciones óptimas para aceptar la gestación) y del macho (análisis de la calidad de su esperma).
• La edad de los progenitores. Lo ideal es que los progenitores se encuentren en su edad adulta, entre los dos y seis años aproximadamente.
• El método de fertilización, ya sea por monta natural o inseminación artificial.
• El momento óptimo para la fertilización (según el ciclo sexual de la hembra). Se pueden realizar citologías vaginales seriadas y mediciones de progesterona sérica para definir el mejor día.
• La duración y características de la gestación. Se define una duración entre 62 o 68 días de media en las perras; y entre 63 o 66 días de media en las gatas.

Durante la gestación
Son muchas las particularidades a con­siderar una vez que la hembra queda preñada.
Es aconsejable realizar una ecografía abdominal hacia el día 21-25 de gestación para verificar la presencia de las vesículas embrionarias y así confirmar la gestación. Posteriormente, conviene realizar otra ecografía hacia el día 45, junto con una radiografía abdominal, para evaluar el desarrollo fetal y predecir el número exacto de cachorros (dato imprescindible para el momento del parto), la presencia de signos de sufrimiento fetal o patologías materno-fetales que hagan necesaria la realización de una cesárea, o la fecha de parto más probable.

No descuides la alimentación
Hay cosas tan obvias como la alimentación que muchas veces se pasa por alto y puede representar un gran peligro para la madre y la camada si no la cui­damos adecuadamente durante este periodo tan importante.

Algunos de los riesgos de una alimentación inapropiada son:

Hipoglucemia
Es importante sobre todo en razas pequeñas (Yorkshire Terrier, Chihuahua, etc.) en los que el esfuerzo del parto puede gene­rar, muchas veces, detención del parto y, por lo tanto, se tiene que recurrir a una cesárea.

Hipoproteinemia
Se denomina así a la bajada de proteínas en sangre que puede provocar mal­formaciones congénitas, defectos del desarrollo e insuficiente formación de los mecanismos de defensa en los cachorros.

Hipocalcemia
La bajada de calcio en sangre produce la detención del parto y un cuadro convulsivo en la madre. Es importante saber que la hipocalcemia aparece sobre todo tras el parto, que es cuando aumentan las necesidades de calcio de la madre al producir la leche para los cachorros.
Para evitar todo esto es muy importante cuidar la alimentación desde que nuestra mamá se queda gestante.

Antes del parto
Hay que tener en cuenta cinco puntos principales previos al inicio del parto:
1. Crear un ambiente tranquilo para la madre.
2. Controlar la temperatura y la humedad ambiental.
3. Preparar la paridera lejos de los ruidos o suciedad.
4. Construir la paridera de un material que no lesione ni a los cachorros ni a la madre, y que ésta cuente con protecciones laterales para evitar aplastamientos, sobre todo en perros de razas grandes.
5. Colocar la paridera en un lugar accesible para el dueño, ya que la hembra y los cachorros permanecerán allí las siguientes semanas hasta el destete.

Existen ciertas razas con predisposición a sufrir partos complicados como el Bulldog, Chihuahua, etc. También pueden tener complicaciones en el parto las hembras con problemas o patologías previamente diagnosticadas, por ejemplo fracturas antiguas de la pelvis que puedan ocasionar un menor diámetro del canal del parto. Si tu futura mamá cumple alguna de estas características, es muy importante programar la cesárea para que la gestación llegue a término en condiciones óptimas, tanto para la madre como para sus cachorros. Asimismo, el veterinario informará a los propietarios en cada fase de la gestación de los cambios que se tengan que realizar en cuanto a la dieta de la madre, las desparasitaciones o vacunaciones, el ejercicio necesario, etc.

Indudablemente, la gestación y el posterior alumbramiento es una de las experiencias más fascinantes que puede compartir un propietario con su mascota. Pero nada debe dejarse al azar, más bien al contrario. Todo debe estar bien explicado, comprendido y supervisado de principio a fin por el clínico veterinario que, a pesar de serlo (o precisamente por ello), se seguirá emocionando también en cada gestación.

En principio las hembras suelen ser capaces de llevar a cabo el parto por sí mismas, pero es aconsejable que durante el parto, siempre que esto no inquiete excesivamente a la madre, esté presente una persona con los conocimientos adecuados acerca del desarrollo del parto y de cómo se debería actuar ante posibles situaciones complicadas o patológicas.
 

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