De animales exóticos a invasores

Más de 300 cotorras se han adueñado de árboles y los estanques de la ciudad acumulan tortugas exóticas y ánades poniendo en peligro la genética de la especie. Animales que la semana pasada fueron declarados invasores tras la aprobación del Catálogo Nacional de Especies exóticas.

Una relación donde también se incluyen iguanas, sapos marinos, ranas toro, codornices japonesa, peces, culebras o gansos del Nilo entre otros. Especies que llegan periódicamente al centro de animales exóticos del Ayuntamiento. Casi superan las 1.000 entradas. «Con la nueva normativa podremos tomar medidas y actuar contra todos estos animales invasores, aunque deberá ser la Conselleria de Medio Ambiente quién nos indique cómo actuar», afirmaron desde Estudi Verd, empresa municipal encargada de la gestión de este centro de animales.

De esta forma, los gobiernos autonómicos ya tienen potestad para gestionar, controlar y realizar una posible erradicación.

Los expertos, sin duda, aseguran que la presencia de estos animales en la ciudad pone en peligro al resto de especies autóctonas. Uno de los lugares donde ocurre es en el parque de Cabecera. «Está repleto de tortugas y patos que no son autóctonos y esto supone un grave problema. Hasta ahora había un gran vacío legal, pero con este catálogo se podrá actuar contra todas las especies invasoras», afirmaron.

Hace unos años no había apenas cotorras y ahora superan las 300 repartidas por muchos árboles ocasionando afecciones al arbolado. De igual forma, las iguanas, caimanes, arañas, escorpiones o serpientes llevan años formando parte de muchos hogares como mascotas. «El problema es que la gente desconoce cómo se les tiene que alimentar, cuánto pueden crecer o la agresividad que pueden alcanzar. Por eso, mucha gente los abandona y ahora con esta normativa se actuará con más contundencia», comentaron los técnicos.

La realidad es que no son situaciones puntuales, sino que los expertos han tenido que peinar en muchas ocasiones solares para frenar la suelta deliberada.

A pesar de que está prohibido en el código penal liberar mascotas exóticas, los ciudadanos no dudan en adquirirlas y abandonarlas más tarde. «En USA hay un día de admistía donde se permite a los ciudadanos dejar los animales en un lugar concreto y sin peligro a ser multados.

Aquí, de momento, la gente no es consciente del peligro que existe», añadieron los técnicos.

Con la aplicación de la normativa, los ciudadanos que ya tenían estas especies como mascotas antes de que entrara en vigor deberán informar en el plazo de un año al Ayuntamiento y al Consell para contabilizarlos.

Las tiendas de animales también serán otra de las más perjudicadas con el catálogo. De ahora en adelante también tendrán que informar y no podrán vender los ejemplares al público. El objetivo es que la ciudad esté equilibrada y fuera de peligro.

Fuente: C. FERNÁNDEZ para lasprovincias.es