Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org
El atípico y cálido invierno vivido y el evidente adelanto de la primavera con la llegada de altas temperaturas han traido consigo el brote anticipado de la procesionaria. Así lo ha advertido el Colegio de Alicante (Icoval) tras comprobar el repunte tempranero de casos de perros atendidos en las clínicas -dos o tres por semana- que tras haber olido o mordisqueado a algún individio de esta especie de epidóptero han resultado afectados.
“Las orugas están recubiertas por pelos que son muy urticantes para las personas y para los animales”, advirtió el presidente de Icoval, Gonzalo Moreno del Val, al Diario Información en su edición del 19 de febrero. El problema, si accidentalmente se las comen los perros, “es que la inflamación que provocan puede ser tan grave que puede ocasionar hasta su muerte al obstruir las vías respiratorias”, explicó al diario.
Mucosas
Si los pelillos de las orugas entran en contacto con las mucosas o con los ojos de los animales, los síntomas suelen ser picores, urticarias y sensación de quemazón y si la tocan “suelen comenzar a babear y a rascarse la zona de la boca”, alertó.
Desde las primeras semanas de febrero, de forma creciente, se observa en los campos alicantinos -pero también en municipios del resto de la Comunitat así como en parte del país- cómo estas orugas abandonan sus bolsas en los árboles y comienzan a circular por el suelo formando las clásicas hileras. “Lo normal es que estuvieran aún en las bolsas, esperando la llegada del calor por lo que la gente que pasea sus perros puede que esté algo más desprevenida”, alertó Moreno del Val.
Lavar con agua
En el caso de que un perro llegue a ingerir una de estas orugas, el responsable colegial recomienda lavar la zona afectada con abundante agua “con mucho cuidado, sin frotar y acudir inmediatamente al veterinario”. Junto a ello, en las zonas donde se detecte su presencia, es aconsejable no salir a pasear con el animal por la noche y en su caso, llevarlo siempre atado y con el bozal
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