Los veterinarios, otra vez en el debate sobre el bou.

El papel de los veterinarios en los festejos de bous al carrer ha vuelto a colarse en el debate público. De un lado, José María Ángel, director de la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE) está impulsando nuevos cambios regulatorios en favor de las Escuelas Taurinas, los ‘Gran Prix’ y para facilitar que una res con alguna incidencia pueda ser sustituida sin necesidad de que un veterinario realice un reconocimiento previo del animal a sustituir ni se dé un control efectivo de la documentación y del estado del nuevo animal. Del otro, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ha matizado al respecto de este último punto que cualquier cambio forzado de la res solicitada debe ser supervisado por un veterinario. En tercer término, el propio ConsellValencià de Col.legisVeterinaris (CVCV) ha recordado públicamente que la incorporación del veterinario habilitado estaba ya ‘pactada’ y que es “inaplazable” que la próxima reforma del reglamento la recoja.
Su presidenta, Inmaculada Ibor, recuerda en este sentido que el proyecto para modificar el decreto que recoge este reglamento incluyendo los controles veterinarios estaba consensuado y ya superó en 2017 la fase de alegaciones. El propio José María Ángel reiteró aquel año que la medida estaría vigente el 1 de enero de 2018.

Falta de voluntad
A mediados del año pasado, el CVCV ya denunció a la opinión pública la “falta de voluntad política” de la Generalitat para asumir sus compromisos. El órgano colegial se manifestó así tras conocer la decisión anunciada entonces por la AVSRE, que aplazó a 2019 la reforma del reglamento ya acordada para integrar al veterinario.
Según se argumentó entonces, el retraso era necesario para acompasar tal medida con la nueva exigencia recogida en una disposición de la Ley de Espectáculos que Les Corts introdujo a finales de 2017 para hacer obligatoria la presencia de un segundo médico en los bous al carrer. “En 2015 ya se anunció que, como el resto de regiones con esta tradición, la Comunitat iba a regular por fin el necesario control veterinario pero estamos a punto de acabar la legislatura y no se ha avanzado en ningún terreno: ni en mayor seguridad, ni en mejor cobertura sanitaria de los asistentes, ni en el bienestar y control ganadero de las reses ni tampoco, en el caso de la carne de los toros cerriles, en la seguridad alimentaria”, señala Ibor.

No al segundo médico
Con posterioridad a la emisión (el 1 de febrero) de este comunicado por parte del CVCV, el PP, PSPV y C’s pactaron -a instancias de la Comisión de Festejos Taurinos Tradicionales celebrada el pasado 25 de enero- una proposición de ley para derogar la presencia del referido segundo médico. Esta propuesta será llevada al pleno de Les Corts los días 6 y 7 de marzo para su aprobación por lectura única.

Tuberculosis
En el referido comunicado colegial, el CVCV recuerda que lleva desde 1998 –año de la primera norma autonómica para los bous- reivindicando sin éxito la figura del veterinario habilitado. La Comunitat es, de hecho, la única región española con este tipo tradición en la que no se exige tal cosa.
Esta situación ha contribuido a que se encuentre entre las autonomías españolas con mayor tasa de prevalencia de tuberculosis bovina y que no se produjese una buena evolución de la enfermedad en 2017. Efectivamente, según datos del último Informe Técnico de Tuberculosis Bovina del Ministerio de Agricultura, en ése ejercicio la Comunitat se situó dentro del grupo con una ‘alta prevalencia’ (aquellas con una tasa para el rebaño superior al 1%) y junto a Castilla la Mancha fue la única que no logró reducir este indicador.
En esta línea, el propio ministerio ha alertado en el protocolo de actuaciones publicado sobre esta zoonosis que este tipo de festejos son “la causa más importante de persistencia de la tuberculosis bovina”. Así se entiende también que la Conselleria de Agricultura venga reclamando desde hace años junto al propio CVCV el control veterinario de estas reses para evitar así un mayor impacto sanitario y económico en el sector ganadero.
El decálogo de razones
El CVCV ha elaborado un nuevo informe en el que se aclaran cuáles serían las funciones -ya acordadas en 2017- y los beneficios de la presencia del veterinario habilitado en la celebración del festejo. Este documento ha sido ya entregado a algunas formaciones políticas valencianas estas semanas y será igualmente difundido entre el resto de grupos en los encuentros que está previsto que se produzcan de cara a la campaña para los comicios de mayo. Así se resumirían:
1.- Lo exige la Ley: en la legislación comunitaria y española en materia de sanidad y bienestar animal, salud pública y seguridad alimentaria, estos festejos son considerados como explotaciones ganaderas.
2.- Posible control por dos vías: A través de veterinarios habilitados o asumiendo las competencias de los departamentos institucionales implicados mediante veterinarios oficiales.
3.- Bienestar animal: Su aportación sería clave para mejorarla.
4.- Contra el fraude: Garantizaría la vigilancia en sanidad y serviría para asegurar la trazabilidad y seguridad alimentaria.
5.- Informes veterinarios: Control sanidad y bienestar de animales y adecuación de instalaciones.
6.- Controles adicionales: Supervisaría el afeitado de los astados y evitaría el suministro clandestino de sustancias ‘dopantes’
7.- Tendría un impacto económico reducido en relación con el coste general y beneficios.
8.- Tuberculosis en humana: en España la tasa de incidencia de la tuberculosis humana se sitúa por encima de la media de los países de su entorno.
9.- Tuberculosis en animales: en el Informe final técnico-financiero 2017 de la tuberculosis bovina del Ministerio de Agricultura (MAPA), la Comunitat no ha bajado su tasa de prevalencia.
10.- Incidencia de los festejos: El MAPA atribuye a estos espectáculos la principal causa de persistencia de la tuberculosis bobina en las zonas donde se celebran. Los positivos tienen un grave impacto económico en ganadería.