Icoval alerta que los cruces de razas PPP no deben inscribirse en el RIVIA como mestizos

El pasado 26 de febrero en la finca ‘Los Galguillos’ de Santa Marta de Tormes (Salamanca), unos perros  de raza potencialmente peligrosa (PPP) atacaron y mataron a un hombre. Tras las pesquisas realizadas por el Seprona, recientemente se supo que dos veterinarios están siendo investigados por la comisión de “ciertas irregularidades” en la grabación informática del censo de animales de compañía del Sistema de Identificación de Animales de Compañía de Castilla y León (SIACyL). Y, tras indagar en los casos de otros cientos de perros en situación análoga, la Guardia Civil aclara que podrían haber más veterinarios involucrados.

   Sin llegar a tal grado de dramatismo, sin mediar tales circunstancias agravantes, algunos ayuntamientos valencianos, a través de la policía local, han comenzado a abrir expedientes y a cuestionar la identificación que también se está realizando a ciertos canes cruzados con razas así catalogadas que, en lugar de ser inscritos en el apartado específicamente creado al efecto, figuran como mestizos. El Colegio de Alicante (Icoval) ha advertido por ello a los colegiados que “deben informar adecuadamente” a los propietarios de este tipo de animales advirtiéndoles de “las responsabilidades por el incumplimiento” de lo prescrito en cuanto a su correcta identificación.

    Efectivamente, como aclara la circular remitida por la entidad colegial, según la Ley 50/99 de animales potencialmente peligrosos y el RD 287/2002, de 22 de marzo -por el que se desarrolla la Ley 50/1999, de 23 de diciembre, sobre el régimen jurídico de la tenencia de animales potencialmente peligrosos,-aquellos perros que sean cruces de razas catalogadas como potencialmente peligrosas, deberán ser inscritos como tales. De hecho, en el Registro Informático Valenciano de Identificación Aniamal (RIVIA) existe a tal efecto un subregristro concreto para poder hacerlo.

Problemas

No proceder de esta manera y ceder a las presiones que el propietario pudiera ejercer sobre el veterinario, podría provocar problemas tanto al uno como al otro. De un lado, el titular del animal inscrito fraudulentamente como mestizo, podría incurrir en caso de incidente -o incluso sin mediarlo- en responsabilidades por no cumplir lo exigido en tal regulación en cuanto a la necesaria licencia de PPP, certificado de aptitud psicológica, el seguro de responsabilidad civil, al incumplimiento de la obligatoriedad de pasear al animal con correa y bozal... Del otro, el colaborador del RIVIA, como perito veterinario que es, debe hacerse responsable de la correcta catalogación de la raza.

    Más aún cuando en la inmensa mayoría de este tipo de mestizajes la raza dominante, la más evidente incluso desde cachorros, suele ser la catalogada como PPP.